Las empresas familiares son la columna vertebral de la economía de Cantabria

La Cátedra Santander de Empresa Familiar de la UC ofrece en el informe 2004-2013 una fotografía de la situación y comportamiento de este colectivo

Cátedra Santander Empresa Familiar UC

La Cátedra Santander de Empresa Familiar de la Universidad de Cantabria ha presentado hoy el informe “La Empresa Familiar en Cantabria (2004-2013)” ante empresarios y profesores universitarios. Se trata de un estudio sobre Cantabria derivado del informe sobre España presentado en 2015 por la Red de Cátedras de Empresa Familiar y refleja tanto aspectos macroeconómicos como microeconómicos. Como novedad frente al informe estatal, la segunda parte analiza cómo se comportan las empresas familiares en términos de empleo, facturación, endeudamiento, etc. y si hay diferencias en función del sector económico o del tamaño de esas empresas familiares.Han presidido el acto la vicerrectora de Coordinación de Acciones Estratégicas de la UC, Marta Pascual, el presidente de ACEFAM (Asociación Cántabra de Empresa Familiar), Manuel Huerta y el subdirector general de Banco Santander y director de la territorial Cantabria, Carlos Hazas.

La presentación ha corrido a cargo de la directora de la Cátedra, la profesora de la UC María Concepción López Fernández, quien en las conclusiones ha dado a conocer comportamientos de los distintos tipos de empresas familiares (por tamaño y por sectores) e indicadores útiles a la hora de planificar políticas relacionadas con la economía y el empleo regionales.

La conclusión general es que no se mueven por criterios estrictamente económicos. “Cabe destacar que las empresas familiares son la verdadera columna vertebral de la economía regional. O, dicho de otro modo, lo que les ocurre a las empresas familiares de Cantabria es lo que le ocurre a la economía de la región”, ha afirmado López. En este sentido, ha señalado que “casi cualquier política, sectorial o no, debería tener en cuenta las características y particularidades de las empresas familiares para ser efectiva”.

Por otro lado, los resultados también muestran que las empresas familiares crecen menos que las no familiares. En parte, se debe a que en este periodo de crisis económica han preferido realizar menos inversiones y, en su lugar, mantener el empleo. También son más conservadoras a la hora de endeudarse, evitando riesgos, manteniendo el control familiar de las decisiones empresariales y priorizando que la empresa sobreviva.

“Parece que en el sector de la manufactura y construcción, especialmente golpeado por la crisis, las empresas familiares han soportado mejor sus devastadores efectos. En cambio, las empresas familiares no están siendo capaces de aprovechar el mayor dinamismo del sector de comercio y otros servicios, donde la salida de la crisis parece estar siendo más clara” ha explicado López.

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